La bruja es una figura que aparece en cualquier cantidad de cuentos infantiles, es la figura oscura, poseedora del conocimiento el cual utiliza para alcanzar sus fines, ellas, saben de hierbas, el poder de las mezclas, de ciclos lunares, saben conectar con la naturaleza, se dejan acompañar de animales al ser seres intuitivos y leales; ellas prefieren trabajar en solitario, de vez en cuando se reúnen es en el bosque iluminadas únicamente por la luna llena para celebrar el cierre de ciclos, a estas reuniones se les llama aquelarres, cada una va cargando con su cucharón el cual se convierte en una herramienta no solo de cocina sino también para dirigir la energía al ser tomada por el cuenco, el caldero es su aliado, ahí preparan los brebajes y elixires, danzan alrededor de la hoguera para convocar la fuerza y el calor del sol, aman las bebidas embriagantes y saben mezclar las hierbas para poder generar estados alterados de conciencia y producir la risa loca característica de ellas, visten de oscuro para pasar desapercibidas, con harapos, pues no invierten tiempo en ir a los poblados, ellas saben escuchar al viento, oler cuando viene la lluvia, prefieren cultivar su huerto y elaborar las velas con las intenciones requeridas.
Dan miedo a los pobladores, pero, cuando no encuentran solución a sus problemas de cuerpo y alma, van cautelosamente a buscarla, pues saben que ella tiene la respuesta para sus males, con una infusión, un aceite, o un tónico saben que ella ayudara en sus problemas, ella sabe leer el humo de la vela, la taza de café, o los guijarros como oráculo que guarda celosamente en el costal atado en la cintura que va acompañado de hierbas aromáticas, ella es una con la naturaleza.
Lo terrible de esta historia es que esos mismos que recibieron su ayuda a cambio de alimento o unas monedas fueron sus detractores y las persiguieron con antorchas y las quemaron con leña verde por ser sabias, por ser brujas.
Ser bruja en estos tiempos tiene otras circunstancias y exigencias, aunque continuamos conectadas en las bases más profundas de la práctica, las condiciones han cambiado.
Ya no tenemos la posibilidad de internarnos en los bosques, pero aun creamos nuestros pequeños huertos en las grandes ciudades, seguimos los ciclos de la luna, aprendemos a escuchar y a observar a la naturaleza y los ciclos de ésta, seguimos elaborando velas con intención, amuletos, leemos oráculos, somos brujas de asfalto y redes sociales, utilizamos el microondas en el día a día, pero volvemos a sacar el caldero y el cucharón cuando de resolver se trata; tenemos capas cuando nos reunimos con nuestro Coven el cual es nuestra familia elegida pero amamos trabajar en solitario.
Las brujas de hoy estamos al tanto de la tecnología, pero seguimos amando el silencio de la noche, tenemos nuestro nombre mágico, cantamos en gaélico y tallamos runas en nuestras velas.
Las brujas somos inmortales porque transmitimos la tradición de forma oral y procuramos que el conocimiento no muera porque sabemos que es la forma de mantenernos vivas en la memoria y en el tiempo.