Dentro del oficio, mucho objetos que en apariencia son cotidianos, son muy apreciados por los brujos y gente astuta, un ejemplo es un simple clavo, pero no cualquiera…entre más antiguo y herrumbroso mejor. Por su forma muchos les atribuyen un carácter fálico, pero nosotros vamos más allá, vemos en ellos la capacidad de unir una cosa con otra, ya sea para bien o para mal. Influye mucho el material del que están hechos, el hierro y éste está vinculado a la sangre.
Cuando una cosa se una a la otra mediante un objeto cómo un clavo se crea un alianza, de modo que lo primero influye a lo segundo. Para la gente astuta los clavos son protectores, muchas veces se martillaban tres clavos de hierro en la puerta principal, uno arriba y dos en los lados formando un triángulo y la casa quedaba sellada y protegida, otras veces fijaban el tacón de sus zapatos con tres calvos, esto hace alusión al número tres.
Clavos torcidos colgaban del cuello de los niños irlandeses o fueron usados como anillos por brujas francesas para asegurar buenos auspicios. Algunas brujas clavan sus clavos para fijar las potencias del cielo, otras los usaban cerca de la chimenea para diversos fines. Un clavo antiguo y oxidado es un objeto muy valioso dentro del Oficio, útil e indispensable.