Desde la antigüedad, diversas culturas han considerado a los eclipses un fenómeno misterioso, una acumulación de presagios que anuncian grandes acontecimientos, umbrales que marcan el inicio o el final de un tiempo.
La energía que circula en la Tierra cuando hay eclipse es de profunda introspección e interiorización. Por lo general, un día antes del eclipse se puede apreciar una sensación de una energía profunda y transmutadora. Este día es un gran momento para reactivarse, ponerse en marcha y pasar a la acción.
La Luna y el Sol descargan una energía poderosa que, si sabemos manejarla, puede dirigirse para conseguir cosas asombrosas. Los eclipses, al conjugar ambas energías, pueden ayudar a cambiar muchas cosas de nuestra vida, si se hacen los rituales adecuados.
Cuando la Luna esconde al Sol se produce un eclipse solar. Sus efectos astrológicos se hacen sentir por periodos de hasta 6 meses. Suelen estar asociados con los inicios, la liberación de energías reprimidas y karmas. Una fuerza masculina que se eclipsa, permitiendo el equilibrio interno o externo.
Cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, es conocido como eclipse lunar. Sus efectos astrológicos son detectables hasta 3 meses después. Están vinculados con los finales, el despertar de la consciencia y la libertad emocional, o bien, el desprendimiento de patrones. Una fuerza femenina que se equilibra.
Es tiempo de aceptar a quien realmente somos y atrevernos a sentir las cosas de manera distinta. En Luna Bruxa elaboramos velas y rituales para trabajar con las energías de los eclipses. ¡Acércate a nosotros y conócelos!