Es una activación de energía que se le da a un objeto con un propósito específico el cual es temporal y requiere de ritmo, ser corto, armónico para ser repetido mientras se prepara un objeto, platillo, poción o amuleto para que tenga esa carga energética e intensión.
Eleva la frecuencia de quien lo hace, la entrega y activa en el objeto el cual será el catalizador para transformar o transgredir el comportamiento natural de las cosas. Es un conjuro que tiene ritmo y potencia, debe ser repetitivo, es una orden, nunca una súplica, tiene un objetivo concreto el cual debe ser manifestado en el mismo. Debe repetirse varias veces e incluso por varios días.
Un conjuro no es rítmico, es como la maldición de Maléfica al no ser invitada a conocer a la princesa Aurora.
Les compartimos ahora el encantamiento que creamos para mover las semillas del caldero verde y activar la riqueza, mientras incorporamos aceite de prosperidad.
“Muevo, muevo el calderito,
tráeme mucho dinerito,
sin esfuerzo y con agrado,
tráeme todo lo anhelado”.